¡NEGROS DE MIERDA!
La voz del prejuicio y la intolerancia... quisiera poder abolir este tipo de expresiones de nuestros vocabularios...
Una nota para informarse, extraído de:
¿Cuándo se acabarán los negros de mierda?
| Notas Curiosas | 17:45 | Comentarios [18] | |
El negro de mierda, es uno de los insultos discriminatorios más comunes entre nosotros los argentinos y tiene raíces larguísimas en la historia de nuestro país. Se cuenta que surgió allá por la década del 40: el plan de sustitución de importaciones llevado adelante por el gobierno peronista implica un desarrollo industrial acelerado que se concentra en Buenos Aires, seguido por Rosario y Córdoba. En ese contexto se genera una masiva migración interna en nuestro país, la gente del interior llega en número creciente a la capital en busca de empleo.
En ese marco, se registra la llegada de migrantes con una característica particular que los diferencia de los grupos que llegaban de Europa, los nuevos migrantes son criollos, morenos, mestizos, mulatos, muchos descendientes de indígenas, y en la europea ciudad capital había sectores a los que no les gustaba eso. Ese fue el punto de partida para el nacimiento de dos expresiones que aún hoy se escuchan, los cabecitas negras y los negros de mierda.
Entonces, negro de mierda es una expresión asociada a las características físicas de la persona (color de piel o color del pelo) que en todos los casos tiene una carga despectiva. Ahora si bien es un lugar común del lenguaje del día a día, también está presente en el discurso de los medios y en el discurso político porque su trasfondo encuentra bases en lo social, lo cultural y lo económico, y eso ocurre porque nace de tensiones que se produjeron hace más de 70 años entre individuos y grupos sociales y, con sus diferencias, siguen presentes hoy.
Esas tensiones tienen que ver con un determinado momento histórico y están cruzadas por diferentes condiciones sociales. Uno de los problemas parece ser la naturalización de su uso, mecanismo que esconde la discriminación porque no nos cuestionamos la carga que tiene el término.
Para contar con datos concretos, una encuesta realizada a mediados de 2008 por el Instituto Nacional contra la Discriminación, el Racismo y la Xenofobia (Inadi) informó que 3 de cada 10 cordobeses se sintieron discriminados al menos una vez en sus vidas. El estudio, que forma parte del Mapa de la Discriminación [1], indicó que el 31,6% de las personas entrevistadas sufrió discriminación por su nivel socioeconómico, mientras que el 18,8 por su aspecto físico y el 15,4 por su vestimenta.
En la misma investigación se pudo conocer que los espacios donde más casos de discriminación se registraban eran el ámbito laboral (33,3% de los casos) y la escuela (17,9% de los casos). Si interpretamos estos datos advertimos rápidamente que uno de los escenarios de la discriminación es en el que conviven los chicos, si allí es donde se producen más casos de discriminación a nivel nacional estamos en problemas. Si no se educa en los valores de la diferencia los chicos aprenden a ver a otros compañeros como “bolitas”, “villeros”, “negros” antes que como pares, y entonces el problema de la discriminación va a seguir creciendo.
Por otro lado, si relacionamos los datos del relevamiento con la frase negro de mierda, podemos ver que en ella se incorporan las principales variables o tipos de causas más importantes de la discriminación: el negro de mierda es una persona de nivel socioeconómico bajo, bajo-medio, y su aspecto físico y forma de vestir son los dos puntos principales en base a los cuales se lo discrimina.
Para finalizar, según indican las conclusiones del trabajo las diferentes investigaciones realizadas en todo el país ponen de manifiesto que las prácticas discriminatorias son parte de la cotidianidad. Lo que es un llamado de atención para todos, porque formarnos en el respeto a las diferencias y en la igualdad tiene que ver con lo que hacemos, pero también con lo que decimos, en este segundo sentido parece que seguirá habiendo cabecitas negras y negros de mierda mientras pensemos que el que está al lado es menos que nosotros por su color de cabello o de piel, pensar antes de hablar nunca está de más…
Continuará…
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